viernes, 12 de junio de 2015

Escape de la jauría asesina.




                     



Era un día como otro cualquiera en la colonia, bueno al menos así pensaba yo; no creía que lo que había sucedido  significara algún peligro para mi, que iluso puede ser uno de joven.
Había subido a ver a mis amigos que seguro estarían celebrando la victoria del zafarrancho de la noche anterior, pero extrañamente no estaban en la entrada del pasaje en el que común mente nos reuníamos a pasar el rato, bueno pensé deben estar pasando la goma ya que ellos eran así bebían solo por no aburrirse, por otro lado yo estaba aburrido esa tarde no me imaginaba lo que estaba apunto de pasar.Viendo pasar gente, carros y buses mi entonces joven mente divagaba  debatiéndose entre los típicos pensamientos  de un desocupado.
-¿Donde se habrán metido estos locos?, pense sin percatarme que ya tenía un rato esperando a mis camaradas de jodarria, me extrañaba no verlos en la esquina del pasaje ya que la imagen que tenía de ellos era que al igual que yo no le tenían miedo a esos perros; el Calin era lo suficiente mente fuerte como para plantar lucha al mas grande  aun mas si tenía una regia adentro entonces no lo detendría ni Dios, por otra parte Koki era imprudente, aventurero y lo suficientemente loco como para seguir a Calin hasta el mismísimo infierno si fuese necesario, ah y Julio mi buen amigo y excelente mecánico,...bueno a el le valía un pepino todo por aquel tiempo, si tenía motos, mujeres y cerveza estaba realizado.Pero entonces ¿porque no salían?.
A todo esto no me había percatado que a la colonia habían llegado varios vehículos, pick ups con tipos extraños y desconocidos.

¡Ja! Exclame pensando el Calin debe estar adolorido por la pelea.Algo que en esos días era de lo más común en la colonia, casi todos los que éramos jóvenes en Tycsa vivíamos en un ambiente de confrontación como animales queriendo demostrar quien era el macho alfa, hasta en mi circulo existía esa rivalidad Calin por ejemplo era el líder de su zona, así como yo lo era de la mía, entonces existía cierta fricción entre nosotros, lo único que ami no me interesaba demostrar mi fuerza ya que había tenido demasiado de eso (y era por aquel tiempo odiado y temido por hacer uso de mis artes).
No lo pareceré ahora pero en aquellos días no era tan amable como lo soy ahora, me gustaban las peleas y por sobre todo  ¡ganarlas!, me la pasaba entrenando como un maniático a la espera de poder poner en práctica las letales técnicas que aprendía, junto a mis seguidores practicábamos llaves y golpes, usos de armas blancas y contundentes, los puntos más vulnerables del cuerpo para que ningún mal nacido pudiera resistir los golpes.
Era una preparación que lindaba el fanatismo,..."fanatismo que salvo muchas veces mi vida".

De repente me percate que alguien llegaba, era "el serrucho" así le decían a aquel chamaco que meses atrás yo había estado a punto de estrangular, bueno como lo mencione yo no era nada amable y menos con un aspirante a marero  que me ofende delante de mi madre, eso casi le costó la vida al pobre, pero sirvió para ganarme su más profundo respeto, algo así como cuando pelean dos lobos para definir quien es el líder de la manada.
Yo no pertenecía a maras, siempre pensé y aun hoy que son la trágica expresión de la cobardía, pero el serrucho si, en aquellos días eran los M-S  
Quienes envenenaban la mente de los chamacos de la colonia.

- ¡Que ondas Chucho!, le dije a lo que él respondió " viejo dale de aquí te van a matar", ¿qué no te has dado cuenta que te están buscando los homies?
Fue en ese momento que me percate que los extraños eran pandilleros de otros lares, estaban a unos escasos pasajes abajo de mi, y eran muchos o al menos los suficientes para hacer tiras de carne a cualquier ser humano.

Recordé la noche anterior cuando veníamos con mis tres amigos de departir y como era costumbre ellos iban hasta el copete de cerveza, yo como me sabia odiado por los mareros  de la colonia no se los iba a poner fácil emborrachándome, en esas andábamos ya rumbo a dejarlos en sus casas cuando Calin el mas roñoso se percató de cinco mareros que estaban hueliendo pega de zapatos en la acera, y quizás para ponerme a prueba los empezó a tratar
- ¡hey huele pega de mierda! Les dijo, a lo que ellos respondieron ¡bolos culeros!, y así iniciaron un pleito de viejas que terminó en una pelea yo como sabia lo que Calin quería hacer los deje pelear a ellos solos sin intervenir, pero luego la cosa empeoro y llegaron otros, uno de ellos trato de golpear a Calin por la espalda con un cinturón con hebilla del Inframen (lo recuerdo porque se la quitamos), hasta ese punto yo no me había metido pero no iba a permitir que le partieran la cabeza así que sacando una cadena de mi bolsillo le fracture la clavícula al desafortunado marero, ¡Hay maldito¡ -gritó como mujer en labor de parto, seguido a eso le propine como cuatro golpes más, luego se me puso enfrente otro encapuchado con una chumba, -le quebré la cabeza, mientras Calin , Koki y Julio hacían lo propio con los restantes, la verdad que por mas que llegaban no podían pararme ya en estado de furia solo veía enemigos y no había razón para dejar de golpearles, en mi interior sentía una gran satisfacción estaba eufórico como esos vikingos al saquear un monasterio, o los piratas robando en alta mar; no puedo explicarlo con palabras pero el saber que yo era el némesis de esos malditos me hacia sentir bien.

-"¡Ándate viejo! -Grito el serrucho, 
Solo recuerdo que después de eso vi aparecer al "Cuero Seco" uno de los mas malos mal vivientes de la colonia, un miserable y conocido sicario,
¡Aquí estas hijo de puta!, dijo con voz seca como su mismo apodo y sacando un cuchillo trato de incrustarlo en mi estomago, pero la voz de advertencia del serrucho ya había sido escuchada, y yo estaba preparado, nunca dejaba a mis queridos y confiables chakos y  para ese momento ya los tenía en la mano, arma que puedo darme el lujo de decir puedo manipular aún hoy en día con total precisión y seguridad.Lance un ataque al rostro del desgraciado en el momento que se abalanzó en mi contra con lo cual se detuvo en pleno movimiento, (lastima me hubiera gustado partirle el cráneo).
Mis problemas apenas iniciaban, alguien grito, -¡A este perro no lo vamos a poder agarrar si tiene esas mierdas!, ¡matémoslo a pedradas!,- era el "tamalero" primo del cuero seco, ladron, marero y drogadicto. Fue allí cuando todos iniciaron un ataque de piedras en mi contra, Jessie un amigo que para ese momento estaba llegando trato de pararlos pero fue inútil la turba de como treinta malditos venían a por mis huesos, entre una lluvia de piedras y adoquines.Recuerdo que nunca he corrido tanto en tan poco tiempo, corrí como un demonio camino al infierno, me cayeron algunas pedradas en la espalda, y mientras corría ellos trataban de agarrarme a lo que me defendía con mis chakos en la huida tropecé y mis chakos salieron volando el tamalero trato de hacerse con ellos pero me adelante y es que no le iba a dejar ningún trofeo a esos bastardos aunque eso significara ponerme en mas peligro, recuerdo que mientras corría el aire ya no era suficiente y sentía como se acalambraban mis muslos, hice un esfuerzo extra por concentrarme como he mencionado yo me sometía a entrenamientos físicos y mentales extremos, y ahora que los necesitaba no iba a dejar que el pánico botara mi entrenamiento, mi torrente sanguíneo estaba inundado de adrenalina sentía que mis pulmones iban a colapsar, pese a todo el peligro que significaba que  una turba de malditos vinieran siguiéndome, puedo decir sinceramente que no les tenía miedo,sentía que eran un puñado de pollos persiguiendo a un perro salvaje, y poco a poco fui entrando en ira,...ese tipo de ira que toca de forma descarada la demencia.Segui corriendo hasta llegar al terreno donde guardaba mi carro, allí vivía don Beto un campesino que siempre tenía a mano sus machetios,....y yo sabia donde los guardaba entre en su casa sin decir palabra y agarre sus machetes ante la aterrorizada esposa de don Beto que no daba cuenta de lo que estaba pasando, a todo esto en la colonia se había levantado un alboroto pues los mareros que venían detrás no eran de allí y la gente alarmada llamo a las policía, yo en cambio ebrio de cólera regresaba sobre mis pasos para decapitar al que se apareciera por delante, los perros al ver que yo iba subiendo con dos machetes en mano se acobardaron y salieron huyendo, siendo capturados por las muchas patrullas que habían llegado ya para ese momento yo solo tuve que regresar a mi casa sin mas inconveniente que unas cuantas pedradas en mi espalda.
Por defender a unos amigos casi me matan, las represalias continuaron pero para ese momento yo estaba alerta vigilante y de nada les valía fueran diez o fueran mil yo no era presa fácil, mis amigos mas sercanos compartieron esas luchas por mantenernos independientes de ideologías tan nefastas como lo son los pandilleros,  esta no fue si no una de las muchas veces en las que puse en juego mi vida en contra de esos malditos; pero eso será  otra historia....





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